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Duelo por Separación

Una ruptura no significa fracaso

Superar la sensación de rechazo y la tristeza que provocan el término de una relación no es nada fácil. Quedan atrás buenos momentos y proyectos en común, que aumentan la sensación de pérdida.  El desenlace puede provocar el replanteo del modelo de relaciones y hasta del estilo de vida. La profunda tristeza, debilita el sistema inmunológico de la persona que además experimenta sentimientos de soledad y tiende a aislarse. El estrés, producto de la separación, puede desencadenar problemas de salud como el aumento de peso o pérdida notable del mismo. También puede generar aumento de los niveles de ansiedad y problemas de sueño, así como la pérdida de la propia identidad. Cuando una relación termina, el sentido de uno mismo también se tambalea. Las parejas comparten un mismo círculo de amistades y tiempo libre, por lo que al romperse el vínculo se sienten perdidos (Erica Slotter).  Algunas personas transitan la separación con relativa serenidad. Otras sin embargo, tienen grandes dificultades para la transición hacia una vida en la que ya no estará presente la persona amada. Ciertas características de personalidad, el miedo a la soledad, la dificultad para aceptar un No por repuesta, déficit de habilidades sociales y otros factores, dificultan la recuperación y convierten el proceso de duelo normal en un  duelo problemático. No es útil juzgarnos por la forma en que estamos viviendo esta etapa ni compararnos con otros. 

Algunos indicadores de que un proceso de duelo puede convertirse en problemático son:

Es importante entender que una ruptura no significa un fracaso aunque lo parezca. Un verdadero fracaso es forzar una relación en la que una de las personas ha dejado de estar a gusto, por el motivo que sea. Es de gran ayuda acudir a terapia para procesar la pérdida y facilitar la transición a esta nueva etapa. Es necesario darse la oportunidad de hacer algo distinto con el dolor y aprender valiosas lecciones.

DA EL PRIMER PASO HACIA LA SOLUCIÓN.