Dependencia Emocional
Madurar y respetar nuestro espacio
Es una necesidad afectiva excesiva, intensa y continua de ser queridos y aunque por lo general se piensa en dependencia de pareja, se puede manifestar también en relaciones de amistad o familia. Las relaciones dependientes se caracterizan por ser inestables, destructivas y marcadas por un fuerte desequilibrio, donde la persona se somete e idealiza al otro. Esto afecta negativamente la autoestima y la salud física y mental. Pese al sufrimiento que la relación cause la persona se siente incapaz de dejarla. En este caso, nos referiremos sobre todo, a relaciones de pareja aunque las relaciones dependientes de todo tipo son desgastantes, problemáticas y dolorosas. Aunque muchas veces esta situación pueda ser temporal, por lo general el patrón de dependencia emocional ha estado presente a lo largo de las relaciones que la persona ha tenido durante su vida. Esta dependencia sentimental apunta a la necesidad de amor y vínculo afectivo. Las personas que la sufren tienen un gran miedo a estar solas y les cuesta concebir su vida si no es al lado de una pareja.

Signos de dependencia emocional:
- Prioridad de la pareja sobre cualquier otra cosa.
- Deseo de acceso constante, que lleva a la búsqueda de contacto muy frecuente (llamadas, mensajes, visitas), deseo de hacerlo todo juntos.
- Idealización. Sobredimensionar las cualidades de la pareja.
- Sumisión a la pareja como medio para congraciarse con ella.
- Miedo al abandono de la pareja aunque la relación sea tóxica, con intentos de reanudarla si finalmente se rompe.
- Síndrome de abstinencia tras la ruptura. La persona experimenta ansiedad, falta de concentración y gran tristeza. Prevalece el deseo de retomar la relación a toda costa y de contactar con la otra persona.
- Baja autoestima por lo que tratan de cubrir este déficit con el amor de la pareja.
- Miedo a la soledad. La soledad les provoca malestar e incluso ansiedad, y la idea más o menos intensa de que no son importantes para nadie.
- Necesidad de agradar, de aprobación en general, y de la pareja en particular.
Aunque mayoritariamente se asocia a las mujeres con dependencia emocional, cabe aclarar que también puede ocurrirle a los hombres.
El hecho es que existe gran diferencia entre el amor sano, que nos ayuda a madurar y respeta nuestro espacio, de aquel que nos aprisiona y es problemático y destructivo.
Es muy importante buscar ayuda psicológica ya que para tratar con la dependencia emocional es esencial fortalecer ciertas habilidades psicológicas y convivir sanamente con los propios sentimientos. El proceso ayuda a asumir la responsabilidad por las elecciones y dejar de culparse o de culpar a los demás.