La ansiedad es una respuesta de alerta que se activa cuando sentimos que estamos frente a alguna situación amenazante. La función de la ansiedad es que podamos estar mejor preparados para evitar el riesgo, neutralizarlo o protegernos.
Todos experimentamos algún nivel de ansiedad en ciertas circunstancias y ello nos permite mejorar nuestro desempeño y adaptarnos ya sea en el ámbito social, laboral o académico (prepararnos para un examen, estar atentos en una importante reunión de trabajo o huir de una habitación en llamas).
Se vuelve problemática cuando es exagerada en relación a la amenaza real que la provoca. En este caso, la ansiedad prepara al organismo para reaccionar frente a un peligro futuro que o no existe o no es proporcional con la reacción de la persona.
A nivel de pensamiento hay sobrevaloración del riesgo, en forma de preocupaciones que pueden ser específicas o generales.
La ansiedad que excede un nivel adaptativo limita la vida de la persona, que tiende a evitar situaciones que activen el malestar, dificultando así el desarrollo de una vida satisfactoria.